No tengo ningún regalo para darte... ni colonias, ni cremitas, ni pulseras o collares... porque ya sabes que soy un desastre y que siempre ha sido mi hermana la más detallista en estas ocasiones. Pero desde la distancia, quiero volver a decirte lo que ya sabes que siento... que te estaré eternamente agradecida por todos y cada uno de los minutos que me has dedicado. Gracias por cada beso, cada abrazo, por escuchar mis problemas y tratar de entenderlos, por cada palabra de ánimo y de aliento, por hacerme sentir querida y especial...
No hay regalo lo suficientemente valioso que pueda compensar todo lo que tú me has dado así que sólo puedo decirte dos cosas: Gracias y TE QUIERO!!
1 comentario:
Por suerte el amor de una madre es incondicional, deberiamos decirles todos los días lo mucho que las queremos. Saludos a todas las madres
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