No ha tardado mucho en surgir el primer trabajo después de este periodo "forzado" de vacaciones (como me gusta llamarlo). El martes mandé varios currículums por internet, el jueves me llamaron para una entrevista, hoy me he presentado y el trabajo ha sido para mí... sin más historias.
Realmente es el trabajo menos cualificado al que he optado en mi vida, porque se trata de un puesto de auxiliar de cocina en una residencia nueva de la tercera edad que está en pleno monte, en Loiu.
Cosas buenas: que está muy cerquita de mi casa, que la ubicación del sitio es preciosa y da gusto ir hasta allí, la residencia es muy moderna y todo está supernuevo, el sueldo es bastante mejor que el de administrativo (que es el trabajo que sobre todo estaba buscando) y lo mejor de todo es el horario. Trabajo una semana sí y otra no, con lo cual es como si tuviera un trabajo de media jornada. La semana que trabajo tengo que ir los siete días, pero de lunes a miércoles sólo trabajo dos horas y media, con lo cual tengo todo el día libre.
Conclusión... tendré mucho, mucho, mucho tiempo libre... para poder estar con Víctor, para poder seguir disfrutando del veranito, para implicarme en actividades para las que nunca tengo tiempo suficiente y sobre todo para seguir buscando con calma un trabajo que sea mejor o que esté relacionado con alguna de las múltiples cosas que he estudiado.
Desde luego los de la Diputación, el Inem y el Ministerio de trabajo tiene que estar hasta las narices de mí, porque este es el tercer trabajo que voy a tener en poco más de medio año, por no mencionar el curso de Igualdad y las prácticas en Sartu.
Sólo espero que mi espalda aguante la caña de este trabajo y que Dios me de fuerza para serle fiel en lo poco...